
El castillo de la Santa Cruz de Calafell este situado sobre una montaña. Una montaña que desde sus inicios tuvo una función religiosa, o de culto a los muertos, y a la ultratumba. No es un tema misterioso, pues se conservan cerca de sesenta tumbas excavadas en la piedra de la montaña.
Los iberos, después los romanos, los habitantes de este territorio en la época del Bajo Imperio romano, debieron seguir considerando a la montaña como lugar con funciones de culto. El lugar no deja de tener unas vistas que le hacen un punto de emisión y de recepción de todo tipo de señales visuales, acústicas.
Algunos estudiosos señalan que los árabes debieron tener una torre, de defensa, pero sobre todo de comunicación, como punto de enlace entre los navíos y las tropas terrestres.
La función religiosa en época cristiana siguió estando presente. Se apuntan una iglesia, capilla en la base de la torre inicial del periodo cristiano. En el otro extremo de la cima se construyeron varias iglesias, prerrománica, románica, una ampliación gótica. En un inicio todo indica que la iglesia y la torre no estaban protegidos y unidos por una muralla, con el tiempo si se unieron ambos edificios, así como las casas de la población inicial de Calafell.
Pro un tema muy común en la comarca, es el tema de la brujería. Algunas fuentes afirman que en los siglos XVI, XVII hubo mucha brujería en el territorio que rodea el castillo. Son famosas las brujas de la población cercana de Altafulla. En Calafell y en su castillo se construyó una edificación, que podemos llamarla espanta brujas. Todavía se conserva esta edificación, se puede visitar, esta encima de la iglesia actual y cerca del campanario.
La montaña, con su castillo o sin él, siempre ha tenido una función de culto. Un misterio que la arqueología y la documentación todavía no ha aclarado.
Lo cierto es que las tumbas en piedra siguen allí. Junto a los restos de la iglesia, dentro de su recinto se conservan las tumbas excavadas en piedra. Y se conserva como he dicho la construcción espanta brujas.